No recuerdo las veces que dije que Editorial Drakul no iba a publicar poesía, pero fueron muchas. Una de las razones para tal decisión era de peso: en la actualidad, la poesía se vende mal. Hay, incluso, quien afirma directamente que no se vende.
Una noche, durante una cena, un amigo insistió en que me llevara un cuadernillo con los poemas de Cristina Barrientos. Por más que le dije que era inútil, que no íbamos a publicar poesía, mi amigo no paró hasta que me vio camino a casa con los poemas bajo el brazo. El caso es que esa noche los leí, y uno de ellos me impactó de tal manera, que plantó en mí la semilla de este nuevo proyecto.
Semanas más tarde (¿o fueron meses?) conocí a la propia Cristina a la salida de una obra de teatro. Estuvimos charlando un rato, y le hablé del proyecto que estaba germinando en mi mente: una colección de poemas de desesperación, un grito de las almas que sufren que sirviese también para promocionar a poetas españoles, tanto consagrados como desconocidos. Cristina se mostró entusiasmada, y enseguida le propuse que fuera una de las personas que hicieran la selección.
La idea de añadir ilustraciones a los poemas vino más tarde, hablando con los distribuidores. Cuando les comenté nuestra intención de publicar un libro de poesías en 2007, lo primero que me dijeron fue: "la poesía no se vende". Pero de esa conversación surgió la ampliación del proyecto. Hay muchísimos ilustradores y dibujantes en España, con trabajos magníficos, ¿por qué no incorporar también sus ilustraciones al libro de poesía para hacerlo así más atractivo?
Al final, la poesía, un género literario que no queríamos publicar, va a combinar de forma magistral la esencia de los fundamentos de la editorial:
- Fomento de los autores españoles, tanto escritores como ilustradores.
- Participación en una obra social, pues el importe íntegro de los derechos de autor será destinado a proyectos de ayuda a las personas sin techo en España.
- Compromiso con los problemas de la sociedad, poniendo voz a la desesperación que sufren muchas personas.
Pero no todo puede ser desesperación, tiene que haber una esperanza, esa que nos mantiene vivos. La que da sentido a nuestra absurda existencia, al mundo de paradojas e incongruencias que nos rodea. Por ese motivo, aparte de los versos de desesperación, queremos incluir un poema de amor en la obra. Un poema que represente la esperanza de todas las personas que sufren.
Para terminar me gustaría incluir el poema de Cristina, aquel que dio origen a esta iniciativa, para que sirva de ejemplo del estilo de poemas que serán seleccionados para esta obra.
El editor.
Y no, no soy feliz.
No soy feliz porque me estorba el alma,
porque me aplasta esta existencia de vaivenes,
porque no sé si vencer o ser vencida,
porque es inmenso el dolor que me sostiene.
No soy feliz
porque no tengo palabras que me calmen,
ni lágrimas que devoren
la luz doliente de mi tormento,
porque ya no tengo lágrimas
que apacigüen mi sufrimiento.
Cristina Barrientos
Pensando en azul
Edita: G.E. Puente Princesa Unión Fenosa